Nuestro propio ombligo es un territorio relativamente inexplorado lleno de vida. Un equipo de investigadores de distintas universidades estadounidenses ha analizado qué escondemos ahí dentro, y resulta que no solo pelusilla. Nada menos que 2.000 especies diferentes de bacterias y microorganismos.
El equipo concluye que aunque sabemos qué bacterias son más frecuentes en el ombligo, todavía son incapaces de predecir cuáles de esas bacterias frecuentes se encontrarán en el ombligo de una persona en particular. Además, intentan conocer cómo modificar nuestro comportamiento de manera que podamos favorecer a las especies que nos mantienen sanos y evitar a las que nos hacen daño.
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