domingo, 14 de abril de 2013

Logran hacer transparente el cerebro humano

Un equipo de investigadores ha logrado volver transparente un cerebro de ratón completo al tiempo que mantiene intacta su forma tridimensional y su estructura molecular. La nueva técnica, denominada Clarity, permite observar con gran detalle la conectividad entre las neuronas y será importante en el estudio de la estructura y función del cerebro.

Hasta ahora para obtener imágenes de alta resolución de los tejidos biológicos era necesario hacer secciones muy finas, lo que conlleva perder información sobre la conexión espacial entre sus estructuras, un dato fundamental cuando lo que se estudia es el cerebro. Gracias a esta técnica han logrado ver como las neuronas se relacionan entre sí, además de las estructuras subcelulares, las proteínas, los ácidos nucleicos y los neurotransmisores, destacan los investigadores. Además es compatible con las técnicas histoquímicas tradicionales para el estudio de los tejidos del cerebro.

¿Pueden las tormentas solares causar terremotos?

La sospecha de que una fuerte actividad solar pueda ser causante de que la Tierra se estremezca ha sido defendida por algunos investigadores y está bastante extendida. Pero, ¿es esto cierto? La respuesta es no: ni las llamaradas solares por muy grandiosas y espectaculares que sean ni las eyecciones de masa coronal (las partículas ardientes lanzadas al espacio por el Astro rey) pueden provocar que la superficie del planeta se eche a temblar.

Lo que sí existe es la creencia de que los terremotos pueden activarse o ser más intensos cuando el Sol entra en una fase de gran actividad. Cuando sucedió el devastador seísmo de Japón el 11 de marzo de 2011, el Sol estaba muy despierto, lo que suscitó aún más el interés popular por este asunto.

Aparece una burbuja verde en el espacio

Un telescopio ha obtenido una espectacular imagen en la que aparece una burbuja verde y brillante flotando en el espacio. Se trata de la nebulosa planetaria IC 1295 rodeando a una débil estrella moribunda, situada a unos 3.300 años luz.

Según explican desde el observatorio, las estrellas del tamaño del Sol acaban sus vidas como pequeñas y débiles estrellas enanas blancas. Pero, en la recta final, camino de su retiro, sus atmósferas son lanzadas al espacio. Durante unas decenas de miles de años se ven rodeadas por una espectacular y colorida nube brillante de gas ionizado conocida como "nebulosa planetaria", compuestas del gas que anteriormente formaba la atmósfera de la estrella. Este gas fue expelido por reacciones de fusión inestables en el núcleo de la estrella que generaron súbitas expulsiones de energía, parecidas a enormes erupciones termonucleares. El gas está bañado por una fuerte radiación ultravioleta procedente de la anciana estrella, lo que hace que brille. Los diferentes elementos químicos brillan en diferentes colores y la prominente sombra verdosa que destaca en IC 1295 proviene del oxígeno ionizado.

Lluvia desde los anillos de Saturno


Los científicos saben desde hace tiempo que la atmósfera superior de Saturno contiene agua, pero de dónde viene es algo de lo que no estaban tan seguros. Ahora, han descubierto su auténtica procedencia: los anillos que rodean el planeta. La lluvia se precipita en grandes áreas de ese mundo, mucho mayores de lo que se pensaba, e influye en la composición, la estructura y temperatura de la atmósfera.El principal efecto de esta lluvia es que actúa para "apagar" la ionosfera de Saturno, reduciendo severamente las densidades de electrones en las regiones en las que cae, lo que explica por qué, durante muchas décadas, se han observado densidades electrónicas inusualmente bajas en algunas latitudes del planeta. Los investigadores tratarán de saber más sobre la atmósfera de Saturno con nuevas observaciones de la nave espacial Cassini.

A la caza del asteroide


La NASA está a punto de intentar algo completamente nuevo: en lugar de simplemente visitar o aterrizar sobre un asteroide, pretende capturar uno en pleno vuelo y traerlo después a la Tierra. La idea parece sencilla, y consiste en localizar, primero, un pequeño asteroide (entre 5 y 7 metros), enviar hasta él una nave capaz de capturarlo y traerlo después hasta las cercanías de la Tierra, al alcance de los astronautas, que podrán visitarlo y estudiarlo con toda comodidad.

domingo, 7 de abril de 2013

Ser zurdo o diestro... de ojo

Los expertos afirman que hasta la edad de tres años lo más habitual es que los niños ensayen con ambos lados de su cuerpo. A partir de aquí, la mano con que coja el lapicero o el pie con el que chute un balón de fútbol dictaminará si pasa a engrosar la poblada lista de los diestros o la menos densa de los zurdosSin embargo, el organismo presenta otra serie de asimetrías un poco más desconocidas de los normal. El término que las engloba recibe el nombre de lateralidad y no es otra cosa que la preferencia que manifiestan los seres humanos por un lado de su propio cuerpo.

Su acción queda reflejada en el hecho de que uno de estos costados prevalece sobre el otro a la hora de realizar la mayoría de actividades en las que se precisan mayores dosis de fuerza o habilidad. No siempre el individuo es diestro o zurdo en su totalidad. Prueba de ello es que a pesar de la mayor concordancia entre mano y pies, también existen otros órganos que entran dentro de la mencionada lateralidad como ojos u oídos.

Para saber cual es el ojo dominante debes realizar un sencillo experimento: Colócate en una postura relajada y ten la vista bien despejada. Ahora centra la mirada en un objeto concreto situado a tres o cuatro metro de distancia. Acto seguido extiende un brazo y con el dedo índice señala el punto previamente marcadoCon los ojos abiertos y el dedo apuntando al objetivo fijado por la vista, es el momento de saber cual de los dos «manda» en el cerebro. Primero guiña un ojo y después haz lo mismo con el otro. En una de las dos acciones comprobarán que sin mover el brazo, el dedo ya no señala lo mismo que antes debido a que el campo visual se ha desplazado. Sin embargo, con el otro (ojo dominante) mantendrán la misma visión que sin cerrar ninguno.

Un iChip identifica un tipo de células tumorales

Un diminuto y sofisticado chip de microfluidos es capaz de detectar signos de cáncer en la sangre de los pacientes. El dispositivo tiene la capacidad de identificar las «raras» células tumorales circulantes, o CTC, que en ocasiones se observan en la sangre de los pacientes con tumores. Una vez capturadas, estas células pueden revelar información importante sobre cómo el cáncer se está extendiendo y qué tratamientos pueden ser más eficaces.

Este tipo de células (CTC) suele camuflarse en la sangre y escaparse del tumor primario para terminar en el torrente sanguíneo, donde es muy complicado identificarlas. Sin embargo, no siempre son detectables en ciertos tipos de cáncer de mama o melanoma. Los resultados, aseguran ofrecen evidencias de que el iChip para las CTC puede convertirse en una herramienta útil para la detección, el diagnóstico y la monitorización del tratamiento del cáncer.

Logran volver un objeto invisible

Esta capa ultrafina mide solo unos micrómetros de espesor y puede ocultar objetos tridimensionales a las microondas en su ambiente natural, en todas las direcciones y desde todas las posiciones del observador. El manto se elaboró uniendo tiras de cinta de cobre de 66 micras de espesor a una película flexible de policarbonato de 100 micras con un diseño de rejilla, y se utilizó para ocultar una varilla cilíndrica de 18 cm a las microondas.

Los objetos se detectan cuando las ondas, ya sean de luz, sonido, rayos X o microondas, rebotan en su superficie. La razón por la que vemos las cosas se debe a que los rayos de luz rebotan en la superficie hacia nuestros ojos, que son capaces de procesar la información, por ello este nuevo método utiliza una pantalla metálica ultrafina para anular las ondas que se encuentran dispersas fuera del objeto cubierto. En el futuro, uno de los retos clave para los investigadores será ocultar un objeto de la luz visible.

Descubren el "lubricante" de las placas tectónicas

El hallazgo de esta capa de «lubricante» de roca fundida, que suaviza y facilita la interacción de las placas tectónicas y hace posible que se deslicen sobre el manto, puede ayudar a comprender muchos de los principios básicos de la geología de nuestro planeta, entre ellos el vulcanismo y los terremotos. Fue descubierta utilizando técnicas especiales de mapeo del fondo marino, con las que obtuvieron imágenes de una capa de unos 25 km de espesor, hecha casi por completo de roca fundida del manto terrestre y justo bajo el borde de la placa de Cocos. 

Algunos estudios muestran cómo el agua disuelta en los minerales que forman las capas superiores del manto contribuye a crear una capa más dúctil y que facilita el movimiento de las placas que se deslizan encima, pero no ha sido posible confirmar esta teoría. Los últimos datos obtenidos dicen que el agua no puede ser responsable de este fenómeno, ya que las nuevas imágenes confirman la idea de que se necesita una cierta cantidad de roca fundida en el manto superiorn y que es esa roca la que en realidad hace posible esta zona dúctil y a través de la cual las placas pueden deslizarse.

Descubren un nuevo tipo de explosión estelar

Más débil y menos energética, la «mini supernova» procede del estallido de enanas blancas en sistemas jóvenes, sin que la estrella llegue a destruirse por completo. Hasta este momento se conocían dos tipos de supernovas: una de colapso de núcleo provocada por la explosión de una estrella de 10 a 100 veces más masiva que nuestro Sol; y otra de tipo Ia, la explosión completa de una minúscula enana blanca. Ahora, los científicos se han encontrado con este tercer tipo, la llamada Iax, más débil que la de tipo Ia, y que no puede destruir por completo el astro.

El equipo llegó a la conclusión de que una supernova tipo Iax proviene de un sistema estelar binario que contiene una enana blanca y una estrella compañera que ha perdido su hidrógeno exterior, dejándola dominada por el helio. La enana blanca acumula helio de la estrella normal. En cualquier caso, parece que la enana blanca sobrevive a la explosión, a diferencia de una supernova Ia, donde queda completamente destruida.