La sospecha de que una fuerte actividad solar pueda ser causante de que la Tierra se estremezca ha sido defendida por algunos investigadores y está bastante extendida. Pero, ¿es esto cierto? La respuesta es no: ni las llamaradas solares por muy grandiosas y espectaculares que sean ni las eyecciones de masa coronal (las partículas ardientes lanzadas al espacio por el Astro rey) pueden provocar que la superficie del planeta se eche a temblar.
Lo que sí existe es la creencia de que los terremotos pueden activarse o ser más intensos cuando el Sol entra en una fase de gran actividad. Cuando sucedió el devastador seísmo de Japón el 11 de marzo de 2011, el Sol estaba muy despierto, lo que suscitó aún más el interés popular por este asunto.
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