domingo, 9 de diciembre de 2012

El ictus amenaza a personas más jóvenes

Según una investigación de más de un millón de casos en Estados Unidos, en las últimas décadas el aumento de los infartos cerebrales de personas entre 20 y 54 años ha sido considerable. Detrás de este cambio de tendencia están factores como la hipertensión, la obesidad, el tabaquismo, o la diabetes, a lo que se une una falsa creencia de que el ictus sólo es un problema de ancianos. Entre las consecuencias más graves que pueden seguir a un ictus están la hemiplejia, problemas en la dicción, problemas cognitivos, fallos de memoria, etc.

Para evitar daños irreversibles, se recomienda pedir ayuda médica si se detectan síntomas como problemas de lenguaje o comprensión, deficiencias en el campo de visión, se pierde movilidad en un lado del cuerpo o se llega a perder la consciencia, y se hace especial hincapié en que conjugar varios factores de riesgo, como el tabaquismo o el sedentarismo, aumenta las probabilidades de sufrir problemas cerebrovasculares.

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