domingo, 7 de octubre de 2012

El desmán de los Pirineos

En plena noche, un equipo de científicos vadea con el agua hasta las rodillas un arroyo en los Pirineos. Su misión: hallar un animal del que muchos jamás han oído hablar y aún menos han visto, el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus).
Su aspecto: El desmán tiene el tamaño de un hámster y su pelo espeso es gris y brillante. Tiene un hocico enorme en forma cónica y en su extremo hay una prolongación con forma de trompa móvil, una especie de trompa de elefante en miniatura, provista de pelos sensibles. Sus ojos son muy pequeños y sus patas delanteras son diminutas. Las patas traseras, en cambio, son enormes y con membranas. Su cola es gruesa, larga y aplastada. Está muy bien adaptado a su ambiente y es un gran nadador. 


Se sabe muy poco sobre el desmán de los Pirineos y los científicos están intentando responder preguntas básicas. En el pasado se creía que el desmán era abundante en las montañas de Francia, España y Portugal, pero actualmente, el Parque Natural Alt Pirineu en Cataluña es uno de los últimos hábitats de esta especie. El biólogo Pere Aymerich, quien trabaja con Joaquim Gosalbez de la Unversidad de Barcelona, señala que la falta de información se debe en parte a las dificultades de detectar al desmán en su medio silvestre. Pero los investigadores están obteniendo cada vez mejores resultados en su búsqueda de desmanes y han logrado modificar algunas creencias erróneas. Una de las razones por las que Aymerich y sus colegas buscan desvelar los misterios del desmán de los Pirineos es que este animal provee una ventana a nuestro pasado.

Se cree que los cambios en ríos y arroyos, debido, por ejemplo, a la construcción de diques y represas, afectan negativamente los pequeños invertebrados de que se alimentan los desmanes. Otros estudios indican además que esta especie es particularmente sensible a la contaminación acuática, por ello es crucial salvaguardar los sitios en los que el desmán aún florece

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